sábado, 5 de diciembre de 2015

Lo echo de menos.


Lo echo de menos. Echo de menos. De menos. Menos.

¿Menos? ¿Por qué una palabra así para calificar ese sentimiento de... melancolía? ¿Menos? ¿Tendrá que ver con que lo hechas en falta? Qué al no tener a esa persona ¿te falla algo y tienes "menos" de lo que tenías antes? ¿Qué te sientes incompleto? Echar de menos, entonces, es simplemente ¿que una parte de tu corazón se ha quedado atrás?

Tal vez sea solo eso, que algo importante para ti o, más bien alguien, se ha quedado en un lugar al que, por alguna razón, tú no puedes volver.

No. Ciertamente no puedo explicar ese sentimiento solo con esas míseras palabras, ya que, esas palabras, esas sencillas palabras tan fáciles de pronunciar, ocultan cosas demasiado grandes.

Como el amor. Ese sentimiento que es capaz de mover montañas, traspasar distancias, recorrer kilómetros y kilómetros... Ese sentimiento que mueve el mundo, que nos hace ser felices, que nos hace sentirnos reconfortados y listos para afrontar cualquier controversia. Ese sentimiento que se puede encontrar de miles de formas, Ese sentimiento que cuando proviene de esa persona que pasará el resto de sus días contigo, es... increíble. Ese sentimiento que por más que lo sintamos todos, nunca nos pongamos totalmente de acuerdo para definirlo debido a que para unos son nubes de color de rosa, para otros arcoíris sin tormenta y para otros príncipes amarillos con su corcel blanco. El amor es así de diferente, porque simplemente es el sentimiento más inefable de todos.

O como esos momentos que vivieron. Momentos extraños, irremplazables, románticos, tontos, graciosos e, incluso, tristes. Momentos como aquel en el que conociste a esa persona que te cambio la vida. O como aquel día en el que se besaron por primera vez. O aquellos en los que se solían quedar a solas. O en los que solían volverse locos después de comer. O ese último abrazo y esas lágrimas antes de partir.

O como esas manías que en muchos casos odiamos, pero que tras sentir ese sentimiento al que llamamos "echar de menos", son el principal motivo de nuestros pensamientos. Es manía de tirarnos de la cama. O aquella otra de poner los ingredientes de esa receta en un determinado orden. Esa manía de que sin especias a la vida le falta algo. O aquella otra de tratarme como si fuera de papel.

O como esas distintas formas de cuidar de nosotros. De hacernos reír, De bailar. De cantar.

Echar de menos no son solo unas palabras que decimos por decir. Son unas palabras que se dicen al escuchar una canción como "I see fire" y que te recuerdan que la vida no es tan miserable como lo es ahora, Son unas palabras que te dan fe y esperanza. Son unas palabras que te hacen recordarlo todo. Son unas palabras que al decirlas, y que aunque no aparenten nada, lo son todo, porque resulta que cuando una persona te dice esas palabras. Te lo está diciendo todo.